Ing. Ag. Víctor Veik
Cr. Matías Méndez
Marzo – 24
En el mundo de la agricultura, la innovación y la búsqueda de alternativas rentables son constantes. En este contexto, la comparación entre cultivos tradicionales y opciones emergentes es fundamental para tomar decisiones. En esta ocasión, analizamos dos cultivos: el trigo, un clásico en las rotaciones agrícolas, y la camelina, un cultivo con potencial para diversificar y optimizar el uso del suelo.
La camelina es una oleaginosa que
se presenta como una alternativa viable frente al trigo y a su vez como un complemento.
Para este artículo se
discutieron los aspectos técnicos y económicos de ambos cultivos, destacando la
camelina por su menor necesidad de insumos (e inversión) un 34% menos respecto
al trigo, y su potencial adaptabilidad a diferentes condiciones de suelo y
clima.
Desde el punto de vista
agronómico, la camelina tiene la ventaja de ser un cultivo que se adapta bien a
la rotación con soja, especialmente en lotes que previamente fueron sembrados
con trigo-soja. Esto permite a los productores mantener una rotación intensiva
sin repetir cultivos que podrían aumentar el riesgo de enfermedades. Además, la
camelina ofrece una buena ventana para la siembra de soja, gracias a su cosecha
temprana.
En términos de manejo, la
camelina no requiere un cuidado tan intensivo como otros cultivos, por ejemplo,
comparada con la colza.
La comercialización de la
camelina se destaca por contratos acordados previamente a la siembra. Estos se
basan en parámetros conocidos y transparentes, con precios que toman como
referencia el mercado de Chicago más premios que varían según la campaña.
Análisis Económico:
El análisis económico realizado
para suelos vertisoles, en la zona centro de Entre Ríos, revela que la
inversión en camelina es significativamente inferior a la del trigo, lo cual se
traduce, ante márgenes similares, en una mayor rentabilidad y un menor riesgo.
Los márgenes proyectados actualmente, muestran un diferencial de márgenes de
U$S 61 a favor del cultivo de camelina en comparación con el trigo.
Al estimar los costos de flete, se consideró la entrega en puertos de Rosario con un costo de U$S 20 por tn, si bien para Camelina están habilitando destinos en Rosario, es un punto a tener en cuenta, que en el caso de que la entrega sea en otre destino más lejos, hay que aumentar este costo. A su vez, no se tienen en cuenta costos de acondicionamiento de trigo, ni embolsado o flete corto hasta el acopio, para comparar de igual manera a las dos alternativas. Son entregas directas a puerto, en la cosecha.
Consideraciones impositivas y financieras: aspectos no incluidos en el análisis
Es importante señalar que, en el
análisis económico presentado para evaluar la viabilidad agronómica de la
camelina frente al trigo, se han excluido ciertos elementos fiscales y
financieros. Entre ellos, no se ha tenido en cuenta el Impuesto al Valor
Agregado (IVA) tanto en las ventas como en las compras. La camelina, al igual
que el trigo, se liquida bajo condiciones similares, y por lo tanto, el impacto
del IVA no ha sido considerado en este análisis, como tampoco el impacto
financiero de las retenciones de ganancias, ni el impuesto a las ganancias.
Además, no se han incorporado los posibles intereses por financiamiento, dado que la menor inversión requerida para la camelina puede influir positivamente en los costos financieros. Es esencial mencionar que cada situación puede variar, y se recomienda evaluar detenidamente los costos financieros en el contexto específico de cada productor.
Conclusiones:
La camelina emerge como una
opción para los productores que buscan diversificar sus cultivos y optimizar
sus recursos. Con una gestión adecuada y una comercialización estable, este
cultivo puede ser complemento con el trigo para la intensificación en la
rotación de cultivos, ofreciendo beneficios agronómicos y económicos. La clave
está en la planificación y el análisis detallado de cada escenario, para
maximizar las oportunidades que la camelina podría ofrecer.