En la práctica y derivado del incremento de la brecha con el blue, los agricultores eligen no desprenderse de los granos porque especulan con una posible devaluación en el corto plazo que llevaría al dólar oficial bastante más arriba de su actual cotización. Según explican, descontando las retenciones al poroto que hoy llegan al 33%, reciben un “dólar soja” de $50, mientras que el blue cerró el viernes a alrededor de $140.
“Muchos productores que aún mantienen soja en reserva privilegian atar el ritmo de venta a las estrictas necesidades financieras para pagar sus gastos y compromisos del ciclo productivo. Además, el valor de mercado del maíz se ha recuperado y resulta atractivo para la venta, privilegiándose los negocios con el cereal. Debe comprenderse que la oleaginosa resulta para el productor un vehículo natural de ahorro toda vez que le sirve como unidad de medida (los alquileres rurales, los insumos, etc., se valúan en quintales), como medio de cambio (el productor puede desde comprar bienes de capital hasta pagar el arrendamiento anual en grano) y reserva de valor, especialmente en contextos alcista”, detallan desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
En tanto, las empresas agroexportadoras recibieron también como un balde de agua fría las nuevas disposiciones del BCRA. Es que aquellas grandes multinacionales y empresas de capitales locales, que tienen fuertes deudas en dólares y que en algunos casos han sido tomadas para concretar inversiones en infraestructura en los puertos argentinos, ahora solo podrán comprar el 40% del monto de su deuda de corto plazo en el mercado oficial, el resto deberá ser renegociado con crédito del exterior. El quid de la cuestión es que la banca internacional no se muestra demasiado entusiasmada con prestarle a la debilitada y cambiante economía argentina, según explican desde el sector.
Ante este panorama la cámara que nuclea a las empresas del sector, CIARA-CEC, con su titular a la cabeza, Gustavo Idígoras, quien incluso es uno de los impulsores del Consejo Agroindustrial Argentino y se reunió semanas atrás con el presidente Alberto Fernández, para llevarle su propuesta para impulsar las exportaciones del campo, mantuvo un poco habitual bajo perfil durante la última semana y luego de conocerse las nuevas disposiciones del BCRA. Según pudo averiguar Ámbito, los agroexportadores están tratando de acercar posiciones con el titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce. Lejos de la crítica, los industriales del campo buscan mostrarle al Gobierno que las empresas del crushing de soja necesitan no solo un nuevo esquema de retenciones, en donde fomente los envíos con valor agregado, sino también medidas menos restrictivas para acceder al mercado de cambios.
Otro ítem que se abre, y no menos importante, también relacionado con el mercado de granos, es que según las nuevas resoluciones, los dólares destinados a pre financiación de exportaciones tendrán como prioridad a las pymes. Mientras tanto las multinacionales y empresas de bandera argentina que utilizan habitualmente estas herramientas financieras tendrán que buscar crédito en el exterior. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte y quizás más agudizado localmente con el default de Vicentin, la banca internacional, comenzó a retacear dólares para este tipo de operaciones.
En este marco, Roberto Urquía, presidente de Aceitera General Deheza declaró recientemente en una emisora radial: “Los agroexportadores no tenemos forma de retacear dólares. En los commodities, aceites, harinas, porotos de soja, aceite de soja, maní, etc. a los 15 días de cargar el barco hay que liquidar los dólares al Banco Central”.
Según Urquía, los dólares paralelos “están un poco sobrevaluados. El problema no es el dólar sino las retenciones del 33% a la soja. Atenuando un poco las retenciones, se podría acortar la brecha entre los dólares. Es fácil decirlo, pero no es fácil hacerlo, porque ya lo habrían hecho”, remarcó.
La realidad es que a partir de la especulación del productor para obtener un mayor precio por su cosecha y junto a los inconvenientes del sector agroexportador para acceder al dólar oficial, se presenta un cóctel explosivo que llevaría a la liquidación de divisas a un peor escenario de lo que se especulaba solo un mes atrás. Según las proyecciones del consultor Pablo Adreani, este año se alcanzaría los u$s20.240 millones, mostrando un retroceso del 14,6% respecto al año anterior cuando sumó u$s23.714 millones, pero este número podría resentirse todavía más y eso quedaría en evidencia en el último tramo del año, justo en el momento en que el Gobierno apostaba a una reactivación de las exportaciones.
Ámbito Financiero – Yanina Otero