Si bien en la Casa Rosada no esperaban una reacción de esta magnitud, ya que estaban en conversaciones con el sector, advirtieron que no habrá marcha atrás con la decisión que motivó la primera medida de fuerza contra la administración de Alberto Fernández.
Sin una definición sobre cuál será el próximo paso, cerca del Presidente deslizaron que si la protesta crece en las próximas semanas será responsabilidad de la Mesa de Enlace y destacaron que el Gobierno solo cumplió con la ley de emergencia, que sancionó el Congreso en diciembre pasado.
“Ellos saben que tenemos razón, este tema está terminado”, dijo el jefe del Estado, después de enterarse del anuncio de la Mesa de Enlace. En su entorno apuntaron contra el exministro de Agricultura Luis Miguel Etchevehere, a quien la atribuyen las protestas de los llamados “autoconvocados”.
La Mesa de Enlace reaccionó ayer ante la publicación en el Boletín Oficial del incremento a las retenciones a la soja, del 30 al 33%. El campo decidió avanzar en conjunto en un cese de comercialización de granos y hacienda para faena de cuatro días. La medida de fuerza, que comenzará el lunes y se extenderá hasta el jueves, se negoció entre Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro, Federación Agraria Argentina (FAA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA). Todo se precipitó cuando trascendió, como informó ayer la nacion, que CRA estaba dispuesta a avanzar con un paro en soledad. En medio de un clima de fuerte presión interna, la Mesa de Enlace priorizó la unidad.
Anteayer, tras reunirse con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, las entidades, salvo CRA, intentaron desarticular el paro con el argumento de que el Gobierno había cedido un sistema de compensaciones para unos 42.000 productores que representan el 74% de los agricultores. Pero ante la presión de productores de diversas regiones, que acusaron a la Mesa de Enlace de tener poca firmeza para negociar, se definió la medida de fuerza.
La tensión en la negociación con el campo fue creciendo con el tiempo. Después de la sanción de la ley de emergencia, con la potestad para aumentar las retenciones un 3%, se agudizaron las charlas. Por la presión de las bases, los líderes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro, Federación Agraria Argentina (FAA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) buscaron frenar el incremento que se terminó por imponer ayer.
Incluso, en el discurso ante la Asamblea Legislativa, el último domingo, el Presidente envió al sector un guiño con la voluntad de generar consensos. “En este proceso de desarrollo económico y en un marco de crisis fiscal como el que vivimos, el campo debe ser un protagonista importante”, sostuvo durante su discurso. Y agregó: “Deben hacer el esfuerzo aquellos que producen y exportan porque tienen mejores condiciones en la Argentina de hoy”.
Según detalló el mandatario, el Gobierno le había hecho una “propuesta generosa en materia de derechos a las exportaciones en la que solo se incrementa uno de un total de 25 cultivos [por la soja] que hoy están afectados por esos derechos”.
La respuesta fue el paro, lo que terminó de cortar el diálogo y despertó el enojo del Presidente y sus principales colaboradores. Así, si bien siempre sostuvo que evitaría por todos los medios reeditar la crisis que provocó en 2008 la resolución 125 cuando era jefe de Gabinete, Alberto Fernández envió un mensaje a los productores de que no cederá ante la presión.
“Representan los intereses del campo más concentrado y no era raro que empezarán a boicotear al gobierno de Alberto. ¡Son insaciables, se llenaron de plata! Son los responsables del desastre económico en el que hoy está el país”, sostuvo el senador Oscar Parrilli, uno de los dirigentes más cercanos a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El Gobierno también obtuvo el respaldo de una de las caras visibles de la lucha del campo de hace 10 años, el expresidente de la Federación Agraria Eduardo Buzzi, quien calificó como “lamentable la decisión de ir al paro”.
La Nación - Gabriel Sued y Santiago Dapelo