Y en paralelo comenzarán a cristalizarse una serie de reuniones de las principales gremiales rurales, como la cordobesa Cartez; la pampeana Carbap, la santafesina Carsfe y la nacional Federación Agraria (FAA) para analizar medidas de fuerza que vienen exigiendo las bases desde que el sábado pasado se modificó el esquema de retenciones y por el cual la soja tributa ahora 30%, los cereales 12% y la carne y otros productos agroindustriales un 9%.
El malestar fue en crecimiento desde el fin de semana y si bien el lunes mismo los dirigentes de la mesa de enlace fueron recibidos por el ministro de Agricultura, Luis Basterra, y apostaron al diálogo, el anuncio de misma noche del presidente Alberto Fernández de ir por tres puntos adicionales para las retenciones (volcado en el megaproyecto oficial) alteró más los ánimos de los hombres y mujeres de campo que reclaman a sus dirigentes acciones de fuerza inmediatas.
Ayer, en el Congreso, los diputados de la oposición, en particular los ligados a las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires encararon negociaciones tendientes a reducir los porcentajes máximos para los derechos de exportación incluidos en el proyecto que el Gobierno espera tener sancionado mañana mismo.
Durante la tarde se buscó que los topes fueran de 30% para la soja, 12% para los cereales. Sin embargo, el proyecto llega al recinto con el artículo 49 original, y si bien se espera que los legisladores opositores que pidieron la rebaja voten en contra, todo hace prever que los topes máximos quedarán fijados como los propuso el Gobierno.
Ante ese panorama, en las entidades nacionales evaluaban los reclamos de sus distintas filiales y de las bases de productores. Las opciones son simples van desde protestas escalonadas a un paro de comercialización de entre cinco a 7 días.
Esa medida puede comenzar el sábado si es que como se espera el Gobierno consigue la sanción exprés de la ley para producir un shock de la economía, por lo que su extensión llegaría al menos hasta Navidad.
La presión por un rechazo contundente al alza de las retenciones del agro se sustenta en que hoy el Estado ya se queda con el 60% de lo que produce la agricultura en su conjunto, relación que se eleva al 67% en el caso de la soja.
Desde CRA, dijeron que los topes máximos "llevarían a quebranto productivo en amplias zonas del país, como los productores más alejados de los puertos". Y reforzaron que "en un año con clima seco esto se vuelve peligroso".
Negociaciones, para enero
El intento de negociar por parte de dirigentes de la oposición, e incluso algunos referentes del justicialismo de las provincias agroganaderas, una baja en los topes máximos que tendrán las retenciones a las exportaciones en los próximos dos años quedó detenido, con la ratificación de esas escalas en el dictamen de comisión para que la mega-ley sea tratada hoy mismo en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, una vez que el Gobierno consiga el aval parlamentario, algo que se prevé ocurrirá este mismo viernes, se habilitará una ronda de negociación para tratar las distintas realidades de las cadenas agroindustriales, como informó El Cronista en su edición de ayer.
Una vez iniciado 2020 se habilitarán distintas mesas entre funcionarios nacionales, entre ellos el ministro de Agricultura, Luis Basterra, y los actores de las cadenas para proponer estímulos a la producción y rebajas por zonas, entre otras iniciativas que se pondrán en discusión.
"La intención es no llegar a esos máximos", intentó tranqulizar a productores y exportadores el designado secretario de Agricultura, Julián Echazarreta, al asistir al brindis de fin de año de las cadenas de la soja, el maíz, el trigo y el girasol.
El Cronista – Paula López