Los pluviómetros marcaron entre 10 y 25 milímetros, dependiendo de la zona, durante el mes de octubre en ambas zonas. Y si bien hoy lunes volvieron las precipitaciones a la región, fueron en poca cantidad y dispares. En la localidad pampeana de Relmo se registró la mayor cantidad de agua, con 28 milímetros.
De todas maneras, no alcanzan estas precipitaciones para poder sembrar el girasol. "Estamos esperando la lluvia que pronosticaron para el fin de semana de 15 milímetros. Con eso podemos sembrar girasol y soja. De no llover, se suspende la siembra de girasol por fecha de siembra y se sembrará todo soja", sostuvo el asesor Aldo Riesco.
En la última semana las labores de implantación de girasol han progresado unos 7,7 puntos porcentuales, alcanzando a nivel nacional un 50,9 % del área proyectada en 1,65 millones de hectáreas para la campaña en curso, manteniendo una demora interanual de 13% en relación al ciclo pasado principalmente por la falta de agua, según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Precisamente, en el Norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires se esperan que se siembre 127.000 hectáreas y se llevan implantados el 30% mientras que en el suroeste bonaerense y sur pampeano proyectan 360.000 hectáreas y sólo se sembraron el 10%.
Además, en la superficie que los productores pudieron sembrar, hay problemas por la aparición de orugas cortadoras.
Según comentó Riesco, del complejo de orugas cortadoras que más se observa en los lotes es Agrotis Robusta.
"Algunos productores van a tener que aplicar nuevamente por el problema de cortadoras", destacó el asesor. "La mayor densidad del complejo de orugas cortadoras se da siempre en los rastrojos de soja", agregó.
Riesco señaló que el umbral de tratamiento antes de la siembra es más de 3 orugas por 10m2. (orugas mayores a 1,5 cm).
Mientras que el umbral de tratamiento después de emergencia es 3/5% de plantas dañadas o 2 orugas/100 plantas.
"Cuanto más tarde la siembra de girasol (noviembre), mayores son los daños porque las larvas son más grandes, más agresivas y mayor es el daño de plántulas", dijo. "Los últimos estados larvales son los que producen más daño, y se dan entre septiembre y noviembre", amplió.
Asimismo, alertó que también esta plaga puede ser una complicación para la campaña de soja.
Clarín – Esteban Fuentes