“Desde el punto de vista de la demanda vemos factores bastante alentadores para la campaña de maíz. En Estados Unidos hubo un exceso de humedad al principio de la campaña y hacia el final, hay pronósticos de heladas tempranas y nevadas, temperaturas muy frías que se podrían adelantar complicando y retrasando la cosecha. Por otro lado, en Brasil el déficit hídrico está generando retrasos en sus siembras y habrá que ver si lo podrán hacer dentro de la ventana óptima. Además, podemos ver que el stock mundial de maíz está cayendo esta campaña y eso va a dar muy buenas posibilidades a Argentina para volver a colocar maíz en el exterior”, explicó la economista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Emilce Terré, en diálogo con Clarín durante el Congreso de Maíz Tardío organizado por Brevant en Rosario días atrás.
De acuerdo a Terré, “este año estamos rompiendo todos los récords históricos en exportación”. La BCR estima ventas superiores a 37 M tn, un volumen similar a toda la producción nacional tan solo unos años atrás. “Es una campaña histórica en la colocación que ha tenido Argentina y creemos que hay condiciones para repetir esa hazaña, probablemente no con esos volúmenes por la caída en la producción pero sí para tener una muy buena campaña exportadora. Los precios argentinos siguen siendo muy competitivos en el mundo”, señaló la especialista.
El interés de los mercados se ve en acciones. Por caso, desde la BCR afirman que los exportadores ya concretaron ventas al exterior por más de 9 M tn a esta altura del año cuando todavía no se terminó de sembrar. “Eso es un récord, es el doble que el año pasado a esta altura, y llevan comprado un porcentaje de la producción mucho mayor que el año anterior”, detalló Terré.
Sale maíz, entra soja
Según estudios de la BCR, 350.000 hectáreas de maíz pasarán a soja en la campaña gruesa que está comenzando como consecuencia de la escasez de lluvias y la incertidumbre que atraviesa el país.
“Al principio pensábamos que el área maicera aumentaría pero estará levemente por debajo del año pasado, en 6,9 M has. Estimamos que el volumen de producción bajará de 50 M tn a 47,5 M tn”, dijo Terré. La reducción de la superficie se debería a la incertidumbre macroeconómica y política, ya que los productores no saben en qué condiciones van a vender el maíz en abril o en julio, cuando se coseche, y también al retraso en las labores de siembra que se ha producido por la escasez de humedad en algunas zonas del país.
“Desde el punto de vista de la producción se presentan algunos factores de incertidumbre, especialmente por las condiciones hídricas, pero desde el punto de vista de la demanda, las perspectivas son muy buenas para colocar el maíz en mercados externos”, destacó la economista.
Por eso, hizo un llamado a los productores a que aseguren su rentabilidad: “Cuando uno ve que los precios mejoran y hay buenas oportunidades de negocios, tratamos de incentivar al productor para que busque una rentabilidad con la que sus números cierren y trate de asegurar precios en los mercados de futuros o de las distintas herramientas que ofrece el mercado para no quedar tan expuestos ante las potenciales caídas de precios por distintos motivos”, recomendó Terré.
Clarín – Mariela Vaquero