Pese a la suba del 1,5% del precio de la soja en Chicago, en Rosario la oleaginosa se mantuvo estable, en $ 4200
Al clima, que aún continúa siendo el principal factor de tensión para los productores, en una campaña de granos gruesos que sobrelleva tanto problemas de excesos hídricos como de sequía, ahora se sumó una nueva causa de preocupación: la sostenida apreciación del peso respecto del dólar, que en lo que va de febrero suma un 2,8% y que se convierte por estos días en la "excusa" de los compradores para limitar sus ofertas a la hora de proponer precios.
Esto se vio ayer en el mercado doméstico, donde la propuesta de las fábricas por soja disponible para las terminales del Gran Rosario se mantuvo inalterable, en $ 4200 por tonelada, pese a que en la Bolsa de Chicago la oleaginosa se negoció con subas del 1,5%. Según el tipo de cambio comprador (cotización divisa) del Banco Nación, la paridad entre el peso y el dólar pasó de 15,37 a 15,26. En la última jornada de enero, esta relación era de 15,70.
"La caída en la paridad peso/dólar condiciona la capacidad de pago de la demanda, ya que las commodities se venden en dólares", explicó a LA NACION Sofía Corina, analista del Departamento de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Y añadió que fue justamente esa la razón que ayer "desalentó la operatoria" y la que impidió que el mercado copiara las subas externas.
"Es evidente que los productores no están felices con el rumbo que tomó la relación entre el peso y el dólar, y que hay inquietud por el futuro de la moneda, pero el clima sigue siendo hoy el gran tema en el campo", dijo Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA. En el mismo sentido, Corina señaló que los pronósticos para los próximos quince días "añaden cierta preocupación, por eventuales problemas de logística. Sin embargo, las lluvias a corto plazo no parecen ser tan abundantes como las que ya padecimos".
Para Seltzer, frente a la preocupación por el devenir climático, y pese a la expectativa de valores más elevados en pesos que los actuales, muchos productores están "tomando" los $ 4200 porque en la conversión a dólares les resultan un negocio mejor que los US$ 265/267 vigentes ayer para la soja nueva. "Quienes tienen grano disponible lo van soltando, porque no les sirve pasarlo para el nuevo ciclo comercial", explicó.
En el Mercado a Término de Buenos Aires la soja logró capitalizar parte de las subas externas. En efecto, las posiciones mayo y julio sumaron US$ 2,20 y 2,10 al quedar con ajustes de 270 y de 274,50 dólares.
Las pizarras de Chicago reflejaron ganancias de US$ 5,98 y de 5,78 sobre los contratos marzo y mayo de la soja, cuyos ajustes fueron de 389,95 y de 393,80 dólares. Entre las razones alcistas estuvieron las monedas sudamericanas porque, además del peso, el real está en una escalada alcista frente al dólar, que le resta competitividad a las exportaciones brasileñas.