24/04/2018

Aceiteros evalúan un paro nacional por el conflicto en la empresa Cargill

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Dirigentes nacionales de distintos gremios participaron de una asamblea contra los despidos. Preparan acto para el 1º de Mayo.

El conflicto de Cargill podría derivar en un paro nacional aceitero, si la empresa no da marcha atrás con los despidos en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Bahía Blanca. Así lo advirtieron dirigentes locales y nacionales del sindicato que, junto a representantes de otras organizaciones gremiales, realizaron una emotiva asamblea frente a la fábrica del sur del cordón industrial. También anunciaron que realizarán allí un gran acto unitario el 1º de mayo, para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.

"Vamos a seguir la lucha hasta el final, hasta que todos los compañeros estén adentro de la planta", aseguró el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores del Complejo Oleaginoso durante la asamblea que se realizó frente al portón de Cargill. Es el lugar en el que desde hace más de un mes acampan los obreros de la aceitera en reclamo de la reincorporación de 33 trabajadores despedidos. Un lugar que además e convirtió en un lugar de peregrinación de obreros y dirigentes gremiales que buscan unificar las peleas contra los despidos y reducción de salarios en el país.

Ayer fue el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) nacional, Hugo "Cachorro" Godoy, quien se hizo presente. El gremio de los estatales también enfrenta una dura batalla contra los despidos en el Estado nacional. "En los últimos meses cesantearon a 4.000 trabajadores, hoy mismo se están efectivizando más de 300 despidos en Agroindustria y hay amenazas de nuevos telegramas en el Inta y el Senasa", dijo el dirigente, quien llamó a todos los gremios en conflicto a "luchar espalda con espalda" para revertir "esta ofensiva del gobierno y las empresas destinada a echar, bajar salarios y aplicar en los hechos la reforma laboral que la movilización popular les impidió sacar a través de una ley".

La ofensiva contra la ley de contrato de trabajo y las organizaciones sindicales que la defienden orientan el conflicto que la multinacional estadounidense plantó en el cordón industrial, según lo entienden los dirigentes del sindicato de aceiteros de Rosario y la federación nacional del sector. La empresa anunció en el verano un plan de retiros voluntarios para reemplazar trabajadores por otros con "un nuevo perfil". Como sólo un grupo los aceptó, avanzó con despidos. Luego de un período de conciliación obligatoria, el conflicto escaló cuando a mediados de marzo impidió el ingreso de esos obreros a la planta de Villa Gobernador Gálvez. Los trabajadores respondieron con un acampe y paros parciales. La cerealera respondió con dos lock out en un mes, que incluyen suspensiones sin goce de sueldo. Así está la situación, al menos, hasta fin de mes.

En el medio, la federación nacional de trabajadores del complejo oleaginoso negocia una durísima paritaria con las poderosas cámaras del sector de procesamiento de granos. El gremio integra el lote de sindicatos que no aceptaron la magra pauta de aumento del 15 por ciento que aceptaron buena parte de los sindicatos de la CGT.

La discusión salarial está bajo el paraguas de una conciliación obligatoria que vence el viernes. "El jueves tenemos una audiencia, si no arreglamos estamos mandatados para llevar adelante medidas de fuerza, que incluyen un paro nacional", señaló Adrián Dávalos, secretario adjunto de la federación y titular del Soear. En este marco, la situación de los despidos en la empresa norteamericana se convierte en un tema de toda la actividad. "El de Cargill es un conflicto nacional y no descartamos una huelga aceitera en todo el país", subrayó.

Godoy, de ATE, ya anticipó que si ese es el caso, las medidas serán acompañadas por otras organizaciones y centrales sindicales. Yofra, en asamblea, advirtió que el gobierno y las patronales "acorralan a los trabajadores con tarifazos y desocupación, y quieren destruir a los sindicatos que luchan para defender los puestos de trabajo". Y tras criticar duramente a los dirigentes de los gremios que aceptaron estas imposiciones, aseguró que "mientras quede un foco de lucha habrá esperanza".

La Capital (Rosario)